Schindler's List , una historia de redención. Desgarradora, estremecedora, retumba en el alma, así es La Lista de Schindler. El Shoah siempre será un episodio histórico que servirá de fuente en la que beba el séptimo arte. El asesinato de la manera más infame de más de 6 millones de personas por parte de uno de los pueblos más educados de Europa, la exterminación sistemática y sin justificación de una parte enorme del pueblo judío es algo que hoy, a casi 80 años de que se iniciara esa tragedia, nos sigue impresionando. Pero siempre habrá un justo en Sodoma y entre toda esa orgía de muerte y destrucción, quedó gente que se ganó con su grandeza, el apelativo de seres humanos. Personas que con su bondad y su decisión de contrariar la locura mainstream de esa época, hoy merecen ser recordados. Uno de esos personajes fue Oskar Schindler . Bon vivant y afecto más al dinero que al humanitarismo, Schindler vio en la guerra de Hitler el escenario perfecto para forrarse a costa de...
Un reparto de lujo, con una gran historia que contar, que lamentablemente no se logra concretar.
The Monuments Men fue un largometraje que resultó una decepción por lo que se esperaba de él.
Hollywood ha convertido a los filmes sobre la segunda guerra mundial en uno de sus géneros favoritos, junto con el western ‒prácticamente un género exclusivo de los USA‒. Desde la profunda y conmovedora Why we fight? (1945) de Frank Capra, hasta la inclasificable, pero al fin y al cabo un clásico instantáneo, Inglourious Bastards (2009), los norteamericanos han alcanzado gran maestría y perfeccionamiento. The Monuments Men (Operación Monumento) es una especie de mezcla de The Dirty Dozen (1967) con un poco de Kelly’s Heroes (1970). Esta vez, en lugar de un grupo de convictos sin nada que perder reclutados para llevar a cabo una misión militar sin posibilidades de triunfo, tenemos a un grupo de expertos de arte o una especie de “docena artística”.
El reparto es de lo más granado de Hollywood, Matt Damon y George Cloney, que también funge como director.
En vez de unos militares robando un montón de lingotes de oro de los nazis para su propio beneficio, los protagonistas de The Monuments Men están recuperando arte robado por los nazis, con el objetivo confesado de devolverlo a sus dueños originales. Por supuesto, todo esto está dictado por un relato histórico (bueno, más o menos), y éste parece ser el lugar donde tropieza la película. El film se vuelve un relato edulcorado por exceso de respeto y cautela. Con este director y este reparto es imposible no sentir que el largometraje debería haber sido más divertido de lo que es. Hay momentos efímeros que cuentan con esa cualidad, y Bill Murray (Sgto. Richard Campbell) y Bob Balaban (Soldado Preston Savitz) salen mejor librados que la mayoría.
Cate Blanchett también hace parte del selecto cast.
Pero incluso los momentos que logran cierta emoción, a menudo son opacados por ese tono a lo John Williams que el director musical Alexandre Desplat le imprime a la música. En este sentido, la película se siente como si Clooney le hubiese dicho al compositor: “Haz que suene como una de Spielberg”. Evidentemente, no fue una buena elección. Con todo esto trabajando en su contra, The Monuments Men sigue siendo sorprendentemente entretenida en un tono original y sin grandes atribuciones. La historia básica es suficientemente interesante por sí misma. Y en donde Clooney (Tte. Frank Stokes) no logra alcanzar la nota correcta, sus compañeros de reparto sí lo hacen. La mayor parte de las escenas con Matt Damon (Tte. James Granger) y Cate Blanchett (Claire Simone) son decorosas. Algunas de ellas son incluso más que eso.
The Monuments Men queda como un largometraje de ideas sueltas, que no logra concretarse
Incluso la graciosa y lamentable forma en que Matt Damon destroza el francés juega a favor de la película. John Goodman (Sargento Garfield) y Jean Dujardin (Teniente Clermont) hacen un equipo atractivo; y sus escenas, tanto cómicas como trágicas, funcionan. Pero son Balaban y Murray los que se llevan las palmas y califican con sobresaliente; incluso la escena en la que Murray recibe su carabina de dotación es un auto-homenaje a su papel en Stripes (1981). Su actuación no es sólo indudablemente divertida, sino que también tienen la escena más efectiva y emocional de la película, cuando el personaje de Murray recibe un disco de vinilo grabado por su familia en el que le cantan Have Yourself a Merry Little Christmas. Encantador. Curiosamente, la interpretación menos interesante es la del propio Clooney. El conocido galán ha dejado de lado su encanto, entregándose a hacer el trabajo pesado de la película.
Una lástima, porque la idea en sí era bastante novedosa.
Eso quiere decir que él hace un montón de diálogos acerca de la importancia de su misión. No es de por sí malo ‒y Clooney es incapaz de acallar su innato encanto de estrella de cine‒, pero no es necesario afirmar y reafirmar la importancia de salvar el patrimonio cultural de occidente, incluso más allá del valor de la vida humana. The Monuments Men no llena las expectativas que sobre ella se habían granjeado. A pesar del sentir general de la crítica del país del norte, la película no es un mal producto. Pero su principal atractivo –su impresionante reparto– es su principal debilidad. Cuando la película está firmada por George Clooney, esperamos algo más que lo que este filme nos brinda. ¿Es The Monuments Men una decepción? Quizás no.
Bill Murray y John Goodman también participan The Monuments Men.
Pero sí lo es, para los fanáticos de Clooney y de los demás actores –o de los seguidores de todo lo referente a la segunda guerra mundial–. Aun así, vale la pena verla. Como un crítico anotó, “es una gran historia, muy mal contada”. Lo que debió haber sido –o pudo haber sido– algo maravilloso, se queda en sólo buenas intenciones. Con un tema, presupuesto y casting como el que cuenta The Monuments Men, algo mejor se pudo hacer.




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