Schindler's List , una historia de redención. Desgarradora, estremecedora, retumba en el alma, así es La Lista de Schindler. El Shoah siempre será un episodio histórico que servirá de fuente en la que beba el séptimo arte. El asesinato de la manera más infame de más de 6 millones de personas por parte de uno de los pueblos más educados de Europa, la exterminación sistemática y sin justificación de una parte enorme del pueblo judío es algo que hoy, a casi 80 años de que se iniciara esa tragedia, nos sigue impresionando. Pero siempre habrá un justo en Sodoma y entre toda esa orgía de muerte y destrucción, quedó gente que se ganó con su grandeza, el apelativo de seres humanos. Personas que con su bondad y su decisión de contrariar la locura mainstream de esa época, hoy merecen ser recordados. Uno de esos personajes fue Oskar Schindler . Bon vivant y afecto más al dinero que al humanitarismo, Schindler vio en la guerra de Hitler el escenario perfecto para forrarse a costa de...
The Party (1968) es de esas películas que, en un género que envejece mal como la comedia, aún se sostiene con fuerza.
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Con un evidente tono cubista, el póster de The Party ya dejaba ver lo que iba a ser el largometraje, desorden y anarquía al por mayor. |
Estrenada para el público latinoamericano como La Fiesta Inolvidable y en España como El Guateque, The Party ajustaba esta semana 50 años de haber llegado a salas. El largometraje es una joya de la comedia, llena de pura energía y momentos hilarantes y de situaciones tan graciosas que el espectador siempre está diciendo “¡por Dios!, ¿qué más le puede pasar?”. Peter Sellers, el protagonista y que aparece en casi todos los planos del film, es Hrundi V. Bakshi, un actor originario de la India tan torpe como impaciente es la gente al conocerlo. Su deficiente actuación y proverbial torpeza le significan el despido de una gran producción cinematográfica, no sin antes arruinar la escena más cara del metraje y destruir todo el set de rodaje. El productor le pone en una lista negra, pero inadvertidamente su secretaría lo incluye entre los invitados al cumpleaños de la esposa del gran magnate del cine.
The Party fue el primer largometraje norteamericano de Blake Edwards
Sellers interpreta con gran presteza a este personaje, en un momento en que para semejar ser alguien de la India un actor podía ponerse pintura marrón en el rostro, lo que hoy sería un escándalo mayúsculo. Esgrime ese tipo de estupidez que solo un gran actor como él, o como Steve Martin ‒que por cierto interpretó a Closeau en la nueva versión de The Pink Panther, el papel más icónico de Peter Sellers en la comedia‒, puede reflejar. No es sólo que el estúpido le salga bien, es que realmente se transforma en uno. La película es todo un festival para el cinéfilo: hay mucha comedia física, mucho de trabajo actoral sin diálogo; algo tan extraño a nosotros hoy en día, acostumbrados a que la comedia sea de diálogos ingeniosos, humillaciones o parodias. Bakshi, extrañamente vestido, despistado ‒ya que no cae en cuenta que no debió haber sido invitado a la fiesta‒, llega a esta y pierde su zapato no más entrar a la mansión.
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En la fiesta, en donde Bakshi no conoce a nadie, todo el mundo le trata con desdén o simplemente le ignoran |
La casa del productor es toda una maravilla tecnológica de la época, vintage high tech y, cómo no, nuestro personaje dará con el tablero de los comandos de la casa, causando más de un desastre en ella. Blake Edwards, el director del largometraje, tuvo una larga serie de colaboraciones con Sellers que, todo sea dicho, era un genio de la comedia, pero era un actor increíblemente difícil para trabajar con él. Su trabajo en The Pink Panther los alzó a ambos al olimpo del cine y The Party fue la reunión tras un tiempo separados por desavenencias en la segunda parte de esa franquicia. En el film que hoy celebramos, Edwards quiso hacer un homenaje a las películas silentes que en su infancia admiró. Por lo tanto, si bien existía un guion, mucho de lo que se ve en la película es pura improvisación, lo que redundó en una miríada de gags y homenajes a los genios de la comedia en tiempos del cine mudo.
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La casa es una mansión construida sobre un tanque de estudio, con todos los adelantos de la época |
De hecho, se sabe que Edwards pensó en hacer un largometraje mudo, pero desechó la idea rápidamente ante un eventual fracaso comercial. Bakshi no encuentra pares en el sarao, ya que los ricos de trajes caros o las encopetadas señoras de valiosas joyas le tratan con desdén, cuando no con abierto rechazo. Al tiempo que Sellers explora la casa, con una expresión corporal que es una maravilla en sí misma, esa inocencia y esa forma de hablar y de intentar encajar, genera en el espectador la pregunta de si el tipo está demente o es el mundo el que lo está y el personaje de Sellers sólo quiere encontrarle sentido a la vida. Y se da de bruces con el mundo snob, el que menos le apreciaría o integraría. Sólo una chica, Michele Monet, interpretada por Claudine Longet, le hace caso. Longet hace un personaje muy parecido al de sus inicios artísticos, aspirante a cantante que espera recibir un papel, no sin antes pasar por el casting del sofá.
El mundo de la comedia perdió mucho con la muerte prematura, en 1980, del gran Sellers.
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La música del largometraje corrió a cargo de Henry Mancini, el mismo de The Pink Panther |
Años después a esta bella y prometedora cantante le sobrevendría la tragedia. Además de lo oceánicamente gracioso que es el protagonista, otro cuasi extra se gana los aplausos del público: el camarero que acaba borracho de tanto ingerir bebidas que están destinadas a la concurrencia ‒y que Woody Allen homenajearía tan sutilmente en la secuencia de la fiesta en The Sleeper (1973) ‒. Peter Sellers es junto a Charles Chaplin, Buster Keaton y quizá tres o cuatro más, uno de los mejores cómicos del siglo XX. Su talento para la comedia era tan maravillosamente natural que hacía reír sólo con entrar a plano. Su sentido del tiempo, su repentismo y capacidad de improvisación le han otorgado el status de actor de culto, a pesar de su temprana desaparición en 1980. The Party fue la única vez que Sellers coincidió con Edwards en un film diferente a la saga de The Pink Panther y, dado que mucho de lo que se hizo fue improvisado, Edwards fue el pionero en usar la repetición en video para visualizar las tomas no más bajaba la claqueta.
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El camarero, interpretado por Steve Franken, es un personaje que sin dialogo, está extraordinariamente bien construido |
Los que amamos la comedia y el humor en el cine saludamos a los 50 años de The Party, al dios Sellers y su talento incontestable.
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Solo con estar en plano, ya hacía reír |






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