Schindler's List , una historia de redención. Desgarradora, estremecedora, retumba en el alma, así es La Lista de Schindler. El Shoah siempre será un episodio histórico que servirá de fuente en la que beba el séptimo arte. El asesinato de la manera más infame de más de 6 millones de personas por parte de uno de los pueblos más educados de Europa, la exterminación sistemática y sin justificación de una parte enorme del pueblo judío es algo que hoy, a casi 80 años de que se iniciara esa tragedia, nos sigue impresionando. Pero siempre habrá un justo en Sodoma y entre toda esa orgía de muerte y destrucción, quedó gente que se ganó con su grandeza, el apelativo de seres humanos. Personas que con su bondad y su decisión de contrariar la locura mainstream de esa época, hoy merecen ser recordados. Uno de esos personajes fue Oskar Schindler . Bon vivant y afecto más al dinero que al humanitarismo, Schindler vio en la guerra de Hitler el escenario perfecto para forrarse a costa de...
El más grande homenaje a los 80 está aquí y se llama Ready Player One
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El póster de Ready Player One muestra en primer plano al DeLorean de Back to the Future
La década de los 80, que en términos políticos fue nefasta para el mundo y, en especial, para América Latina ‒no en vano acá se le llama la década pérdida‒, en términos de divertimento fue un absoluto universo en sí misma, dejó un caudal de hitos en todos los órdenes de lo cultural, desde peinados, vestimenta, música y cine, hasta los vídeo juegos, pasando por juguetes, autos y formas de hablar. Todo eso, desde luego, fue casi que en lo absoluto producido en el gran vecino del norte, que aparte de colonizarnos en lo económico, político y social, también nos colonizó el pensamiento. Los niños y jóvenes que crecieron –que crecimos‒ en dicha época, hoy son ‒somos‒ los individuos más económicamente activos y, por lo tanto, demandan ‒demandamos‒ todo lo que huela a ochentas. Un mercado tan apetitoso como ese tiene que ser llenado con un poco de porno-nostalgia ochentera.
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Steven Spielberg se pasó 4 años recopilando los permisos para todas las referencias que iba a usar en el film
Y si es el mago Spielberg el que lo hace, tanto mejor. Ernset Cline, autor norteamericano que tiene en los años 80 su principal filón creativo, dio a luz literariamente hablando en el año 2011 un libro que es algo como la ultimate recopilation de los admiradores de esa década: Ready Player One. Lo que llama la atención y desvirtúa nuestra afirmación de que los llamados a esta entrega son sólo los nostálgicos del “todo tiempo pasado fue mejor”, es que muchos seguidores de nuevo cuño adoren y mitifiquen esta obra (gente que en los años ochenta no eran más que un brillo de lascivia en los ojos de sus padres); lo que concluye, sin ninguna duda, que lo que se hizo en dicho momento es un producto de calidad, que funcionó en el pasado y que el buen gusto y la apreciación de lo clásico y lo bien hecho siempre será atemporal.
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Mark Rylance (Bridge of Spies) interpreta al excéntrico Halliday, creador de Oasis
De la mano del mago del cine, injustamente considerado director de largometrajes de pirotecnia y crispetas, Steven Spielberg ‒Saving Private Ryan, Lincoln, Munich, Schindler’s List, ¿hay necesidad de seguir?‒ son parte de la historia del cine), y con todo el CGI del mundo más toneladas de easters eggs, Ready Player One se va a constituir en todo lo que un nerd, trekker, hikkimori, gamer, cosplayer, otaku, etc., espera de un largometraje. Wade Watts es un joven en la Norteamérica del año 2045, viviendo en Columbus Ohio, en unas chabolas verticales llamadas The Stacks. El mundo ha cambiado. La gente ya no se dedica a solucionar los problemas del calentamiento global, la contaminación o la escasez de agua; sólo intenta sobrevivir a ellos. Watts hace parte de los millones perdidos, no porque se hayan ido a alguna parte. Sólo no hay lugar a donde ir.
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El que estas líneas escribe tuvo la fortuna de leer la obra de Ernst Cline en papel y, naturalmente, no todo es lo mismo. El largometraje incluye personajes inexistentes en el libro y cambia aspectos que tienen cierta relevancia en el texto; pero, en aras de la honestidad, hay que admitir que el amor a una obra ya vista con los ojos de la imaginación puede cegar cuando llega el momento de la adaptación. No obstante, los personajes principales de Ready Player One (Parzival, Haech, Daito, Shoto y Art3mis) están ahí; desde luego, nunca como los imaginamos, pero están ahí. La película, más allá de un festival de efectos y de guiños a los cuarentones nostálgicos de los 80, es una declaración bastante explícita sobre el sentido que tiene el mundo de la virtualidad, con toda su carga de diversión e infinitas posibilidades. Como lo dice James Halliday en el libro: «por más aterradora y dolorosa que pueda ser [la realidad], también es el único lugar donde puede encontrarse la verdadera felicidad. Porque la realidad es real».
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Los high five, el clan de Parzival |
**** 4 estrellas y media de 5
Lo mejor: el Spielberg de toda la vida vuelve a las andadas.
Lo peor: los fanáticos del libro habríamos querido ver a Megaman.





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