Schindler's List , una historia de redención. Desgarradora, estremecedora, retumba en el alma, así es La Lista de Schindler. El Shoah siempre será un episodio histórico que servirá de fuente en la que beba el séptimo arte. El asesinato de la manera más infame de más de 6 millones de personas por parte de uno de los pueblos más educados de Europa, la exterminación sistemática y sin justificación de una parte enorme del pueblo judío es algo que hoy, a casi 80 años de que se iniciara esa tragedia, nos sigue impresionando. Pero siempre habrá un justo en Sodoma y entre toda esa orgía de muerte y destrucción, quedó gente que se ganó con su grandeza, el apelativo de seres humanos. Personas que con su bondad y su decisión de contrariar la locura mainstream de esa época, hoy merecen ser recordados. Uno de esos personajes fue Oskar Schindler . Bon vivant y afecto más al dinero que al humanitarismo, Schindler vio en la guerra de Hitler el escenario perfecto para forrarse a costa de...
The Hurricane Heist (2018) es otro híbrido que al final y de milagro, paga el importe del ticket
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The Hurricane Heist es dirigida por el director de Fast And Furious original
El Gran Huracán (The Hurrican Heist, 2018) está sobrepoblado de clichés repetidos hasta la saciedad, argumentos traídos de los cabellos y un hilo dramático muy flojo; no obstante, es un film sorprendentemente entretenido. El largometraje es un intento pobre, pero meritorio, por explotar los viejos estereotipos de filmes de acción que han dado resultados en el pasado. Dos hermanos, que el espectador sabe que al acabar la película estarán reconciliados, pasaron por una traumática experiencia en su infancia, lo que lleva a que uno de ellos quiera estudiar y comprender la fuerza de la naturaleza cuando se presenta en forma de huracán. El hermano restante sólo quiere ser un pueblerino más, eso sí, con experiencia militar, fundamental para la trama de la película. Por otro lado, una chica dura con un evidente pasado castrense, intenta redimirse de los errores del pasado –alerte de cliché– trabajando para el departamento del tesoro.
El Gran Huracán es como el Sharknado (2013) de los filmes de atracos |
A Hollywood le ha dado, ante las bajas horas –imaginativa y creativamente hablando– que está viviendo, por tocar el botón de mezclar géneros, intentando revitalizar una cartelera que la más de las veces sólo provoca lástima. Ya lo vimos en The Vault (2017), que mezcló terror y atracos de bancos, y ahora El Huracán quiere juntar la vieja y atractiva película de desastres –que tuvo su nacimiento en los 70 con The Towering Inferno y Earthquake, ambas de 1974, y que Ronald Emerich volvió un arte– con el género de golpes a gran escala y en el que los asaltantes se llevan un botín masivo. En este caso, los parecidos con varios largometrajes que marcaron época en lo que a entretenimiento se refiere son tan frecuentes que hacen que el espectador avisado se remueva con incomodidad en la silla. Desde la escena inicial, que es descaradamente parecida a Twister (1996), hasta referencias sin respeto a Key Largo (1948), Die Hard (1988) o Cliffhanger (1993).
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Maggie Grace, aquí interpretando a una agente del departamento del tesoroSería gracioso, si no fuera trágico, cómo la película se contradice sin el menor asomo de rubor; ya que va de conversaciones intrascendentes sobre el football y lo importante que es éste para chicos del cinturón bíblico –con un acento sureño tan exageradamente impostado, que hasta el apenas relacionado con la lengua de Shakespeare lo nota–, a lo preocupante que es el cambio climático y cómo el ser humano lo acelera, no sin antes pasar por la loa a la segunda enmienda y lo importante de ésta para un ciudadano de Alabama. El villano, Connor Perkins (Ralph Ineson) –que acá tiene un acento irlandés que por lo menos es auténtico–, es la más pálida imitación de un villano de pelis de atracos que se haya hecho en muchos años. ¡Ah! Cómo se extraña a villanos como Earl Talbot en Ricochet (1991) o Eric Qualen de Cliffhanger, ambos interpretados por el gran actor John Lithtgow. Arquetípicos sí, pero ¡vaya que intimidaban!Si este es un homenaje a las pelis de acción de los 90, preferimos que no se haga
Lo bueno: la secuencia final logra emocionar un poco al espectador. La malo: al parecer ahora las tormentas tienen vida propia y cara diabólica |





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