Schindler's List , una historia de redención. Desgarradora, estremecedora, retumba en el alma, así es La Lista de Schindler. El Shoah siempre será un episodio histórico que servirá de fuente en la que beba el séptimo arte. El asesinato de la manera más infame de más de 6 millones de personas por parte de uno de los pueblos más educados de Europa, la exterminación sistemática y sin justificación de una parte enorme del pueblo judío es algo que hoy, a casi 80 años de que se iniciara esa tragedia, nos sigue impresionando. Pero siempre habrá un justo en Sodoma y entre toda esa orgía de muerte y destrucción, quedó gente que se ganó con su grandeza, el apelativo de seres humanos. Personas que con su bondad y su decisión de contrariar la locura mainstream de esa época, hoy merecen ser recordados. Uno de esos personajes fue Oskar Schindler . Bon vivant y afecto más al dinero que al humanitarismo, Schindler vio en la guerra de Hitler el escenario perfecto para forrarse a costa de...
El Cavernícola (Early Man, 2018) es maravillosamente divertida, una fiesta de colores y alegría
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Si, el póster es un poco épico... |
Cuando el espectador no avisado entra a ver El Cavernícola, lo que espera es una historia sobre unos humanos prehistóricos y su búsqueda de
algún tipo de lugar (Los Croods, 2013),
material (La guerra por el fuego,
1981) o mensaje (10,000 a.C., 2008). ¡Ah!,
pero lo que el espectador incauto desconoce es que este largometraje pertenece
a Aardman Animations Studios, el
equivalente británico de Pixar y un estudio que ha logrado notables largometrajes
como Chicken Run, Wallace Groomit o Shaun The Sheep. Filmes que han alcanzado méritos en taquilla; pero
también han sido alabados por la crítica debido a su cuidada factura, depurada
técnica e indiscutible atractivo para todos los públicos. Desde el mismo
momento en que el largometraje inicia, lo hace con risas: los dinosaurios
luchan, los cavernícolas se muerden entre sí y es el neo-holoceno, más o menos,
a la hora del almuerzo…
El Cavernícola es una historia maravillosa, deliciosa tanto para el público infantil como adulto, de los que mejor saben hacer stop motion: los europeos.
Así
que a los pocos minutos de iniciado el metraje el espectador encuentra que lo
que esperaba ‒una típica historia infantil‒, en realidad va de fútbol, ese
deporte que paraliza al mundo y que, al que estas líneas escribe, no le da ni
frío ni calor. El deporte de las masas, que este año tendrá su máxima cita
orbital, nació en Inglaterra y de hecho fueron los británicos los que
popularizaron el deporte. Por medio de su extenso comercio global, los
británicos hicieron del inglés el idioma de los negocios y del balompié el
deporte favorito del orbe. El espectador, no acostumbrado al humor inglés –ah, ¡qué
lejos está Benny Hill y tan cerca Mister Bean! L ‒, logra
sobrellevar el largometraje debido al conocimiento general que se tiene de la
pelota. Al contrario que sus primos yankees, los ingleses, en lo que a animación se refiere, no se han decantado por la vertiente computarizada.
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Una tribu muy unida pero también muy diversa |
Ya sea por testarudez o búsqueda de originalidad, los británicos se han especializado en la animación por stop motion. Esta técnica consiste en crear la ilusión de movimiento a través de
fotografías secuenciales de un objeto o, en este caso, muñecos de arcilla. ¡Y
vaya que lo saben hacer! El largometraje muestra a una tribu de cazadores de
conejos que no se siente capacitada para cazar un mamut. Un buen día, los
tranquilos cavernícolas ‒que, por cierto, son étnicamente bastante diversos‒,
ven invadido su valle por gentes venidas de la edad de piedra; estos sí «civilizados»,
comandados por Tom Hiddleston (el adorable villano Loki de Los Vengadores). Enviados a las badlands,
tierras volcánicas sin nada de verde, un erial completo, muy diferente al
vergel en donde vivían, los prehistóricos rumian su mala suerte y se resignan.
Dug (Eddie Redmayne), el más joven de la tribu, no se arredra y descubre, por
medio de una secuencia que es todo un homenaje al slapstick, que sus ancestros inventaron el fútbol y ve en esto el
vehículo para recuperar el valle.
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Los chistes y las bromas son muy del gusto del humor inglés |
Varias
de las secuencias son maravillosamente humorísticas, pletóricas de gags y de deliciosos anacronismos –las
marionetas haciendo repetición instantánea, los comentaristas deportivos y sus
juegos de palabras, los futbolistas y la mercadotecnia, ¡una cerca de alambre!
‒ Todo con ese humor inglés que puede ir de lo fino y elitista a lo más escatológico y proletario. A pesar de que muchos no compartan nuestra opinión,
el fútbol no es precisamente el deporte que más llame a enaltecer valores; casi
siempre lo que importa es ganar a como dé lugar. Pero acá es usado como excusa,
una bonita manera de mostrar que cuando la comunidad se une, en el momento en que
todos empiezan a trabajar por un mismo objetivo, todas las metas se pueden
alcanzar. Como en la vida, solo cuando se trabaja en equipo, es cuando el
triunfo llega. Lejos de esa pirotécnica de Disney ‒que no está mal pero que a
veces cansa‒, El Cavernícola es agua
de mayo para los cinéfilos que disfrutan del maravilloso mundo del cine
animado.
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La voz del villano corre a cargo de Tom Hiddleston, el adorable y malvado Loki de Los Vengadores |
*** 3 estrellas y media
Lo bueno: no se pierdan la repetición instantánea y a cerdog
Lo malo: de un doblaje excelente, la única que no convence es la cuota colombiana




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