Schindler's List , una historia de redención. Desgarradora, estremecedora, retumba en el alma, así es La Lista de Schindler. El Shoah siempre será un episodio histórico que servirá de fuente en la que beba el séptimo arte. El asesinato de la manera más infame de más de 6 millones de personas por parte de uno de los pueblos más educados de Europa, la exterminación sistemática y sin justificación de una parte enorme del pueblo judío es algo que hoy, a casi 80 años de que se iniciara esa tragedia, nos sigue impresionando. Pero siempre habrá un justo en Sodoma y entre toda esa orgía de muerte y destrucción, quedó gente que se ganó con su grandeza, el apelativo de seres humanos. Personas que con su bondad y su decisión de contrariar la locura mainstream de esa época, hoy merecen ser recordados. Uno de esos personajes fue Oskar Schindler . Bon vivant y afecto más al dinero que al humanitarismo, Schindler vio en la guerra de Hitler el escenario perfecto para forrarse a costa de...
The Planet of the Apes (1968) se convirtió en un largometraje de culto y uno de los más taquilleros de su época
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El póster del largometraje, avizora con lo que se enfrentará el espectador |
A finales de los años 60, Hollywood enfrentaba una sequía creativa que sólo tiene comparación con la que la meca del cine está viviendo por estos días. El verano del amor y todas las transformaciones políticas y sociales que se vivieron en dicha década aún no habían llegado al cine. Así que, en declive, pero todavía sin romperse el star system, la cosa generalmente iba de musicales o de largometrajes que, salvo honrosas excepciones, no solían reflejar los tiempos cambiantes del gran país del norte. Pero ya despuntaban los talentos que descollarían en los años 70, la que iba a ser la mejor década creativa del cine. Uno de esos individuos fue un publicista tornado en productor llamado Arthur P. Jacobs. Habiendo adquirido una novela de 1963 llamada La Planète des Singes del francés Pierre Boulle, estaba decido a desarrollarla, ya que veía en este argumento una gran idea cinematográfica.
El largometraje contó en sus inicios con los servicios de Rod Serling, el presentador de The Twilight Zone.
El proyecto no pudo desarrollarse de inmediato debido a los desafíos técnicos que ofrecía el largometraje. La oportunidad le devino mientras esperaba que la demorada súper producción Doctor Dolittle (1967) se iniciara. Pero para poder concretar, se llevaron a cabo cambios significativos, en aras de abaratar la producción, rebajando el nivel tecnológico de los simios a fin de ajustarse al exiguo presupuesto de US $5,8 millones, poniendo el énfasis en un avanzado maquillaje prostético. En un año lleno de excelentes filmes, y teniendo de competencia en la taquilla a un peso pesado de la ciencia ficción ‒2001, A Space Odissey‒, Planet of the Apes hizo énfasis no tanto en lo tecnológico, sino en lo sociológico, un mundo en donde el hombre, sobre todo el occidental tan absolutamente arrogante, pierde su lugar de privilegio en la cima de la pirámide de la sociedad. El trasfondo de crítica social es innegable.
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Algo en Taylor llama la atención de la científica simio
La trama argumental gira en torno a una misión espacial tripulada que arriva a un planeta desconocido, inexplorado, que aparentemente alberga vida. Charlton Heston, una gran estrella desde su papel en Ben Hur (1959) ‒pero que con Planet of the Apes se consolidó como un astro taquillero a nivel universal‒, interpreta acá al protagonista, el capitán George Taylor, que al estrellar la nave y perder parte de la tripulación, descubre con horror que el planeta tiene a los simios como forma de vida dominante y que los humanos han involucionado, tornándose en salvajes que solo gruñen, se pelean entre ellos y han perdido la capacidad de hablar ‒¡se han convertido en hinchas de fútbol!‒. Al ser capturado resulta herido en el cuello, lo que le impide hablar. Sin embargo, una científica simio se interesa en él al notar que trata de comunicarse, llamándole Ojos Claros, sin lograr entender lo que Taylor quiere decirle. Más adelante, en una muy imitada, parodiada y homenajeada secuencia, Taylor es amenazado y los simios tratan de restringirlo, gritando su famosa frase: “Quítame tus sucias manos de encima, mono asqueroso”.
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Desagrada ciertamente, el subrepticio mensaje de superioridad de los blancos sobre los simios
Soslayando esta espinosa cuestión, Planet of the Apes se sostiene en muchos otros aspectos. Sus alegorías políticas y morales se adelantan a su tiempo de varias maneras. La dinámica entre nosotros vs ellos, de humano vs simio, y las referencias manifiestas al racismo y la xenofobia son, por supuesto, igual de relevantes hoy en día, pero increíblemente conmovedores en el año de su lanzamiento; el mismo año del asesinato de Martin Luther King Jr y la intensificación de la guerra en Vietnam bajo el gobierno de Johnson. Heston, un gran actor, pero tremendamente reaccionario en sus ideas políticas ‒no en vano fue hasta su muerte el portavoz de la maligna Asociación Nacional del Rifle (NRA)‒, encarna a la perfección el hombre, blanco, norteamericano, que es superior a los simios y que, por supuesto, es el rescoldo de lo fantásticamente grandioso y superior que fue el mundo hasta que los simios voltearon las tornas.
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El rodaje en exteriores se llevó a cabo en partes como el cañón del Colorado o el desierto de Mojave |
El mensaje antinuclear de El planeta de los simios realmente sólo se concreta con esa icónica escena final. Pero éste fue extraordinariamente oportuno, ya que el lanzamiento del film se produjo pocos meses antes del Tratado Internacional sobre la No Proliferación de las Armas Nucleares y el muy publicitado, misterioso y nunca suficientemente bien explicado hundimiento del submarino de propulsión nuclear estadounidense USS Scorpion. Dado que las amenazas de un apocalipsis nuclear siguen estando muy presentes en la mente de las personas hoy en día, con un demente tuiteando que tiene un botón nuclear enorme ‒evidentemente que Freud algo diría al respecto‒ y varios países buscando activamente esa tecnología, parece improbable que, si nuestro yo futuro pudiera mirar hacia atrás en nuestro planeta dentro de miles de años, nosotros también nos pondríamos de rodillas gritando: «¡Ustedes maníacos! ¡La han hecho volar! ¡Malditos! ¡Dios los maldiga a todos al infierno!»
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El desconcertante plano final |





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